martes, 12 de octubre de 2010

CENTINELAS de la MARISMA


La Naturaleza tiene sus ritmos y en estas fechas el compás lo marca la migración postnupcial. Apostados en la esquina del camino, con la marisma de Itzaberri delante, estos días hemos estado pendientes de las aves que se dejan abrazar en su paso por la bahía de Txingudi. Esto es lo que hemos podido ver:

Espátulas, más de 2.000, un auténtico record en los años que las vamos contando.


Centrándonos en estos últimos cuatro días, del 9 al 12 de octubre, las cifras y especies hablan por si mismas:


Espátula 88, Cormorán grande + de 850, Garza real + de 250, Garcilla bueyera + de 100 (formando dormidero), Garceta común + de 100, Garceta grande 6, Garza imperial 1, Avefría + de 300. Las primeras Grullas y Ánsares, 81 y 54 respectivamente. Águila pescadora 6, Aguilucho lagunero 5, Milano real 10, Vuelvepiedras 40 (entre ellos el canadiense que está entre nosotros por 3er año consecutivo),


Aguja colipinta + de 100. Aguja colinegra 15, Correlimos común, gordo y tridáctilo, Archibebe común, claro y oscuro, Chorlitejo grande + de 50, Chorlito gris 3,


Dos ejemplares de Cisne (nos negamos a poner vulgar) aparecieron el domingo 10 en la bahía. Se les veía tranquilos y tras unos vuelos de reconocimiento por la zona (desde las islas del Bidasoa a Jaizubia) volvían a posarse en el agua del estuario. Ojala se queden entre nosotros y llenen el hueco que dejaron los desaparecidos.


Variada la nómina de otros grupos de aves: Charrán patinegro 3, común 4, Fumarel común 3, Gavión 3, Zampullín cuellinegro 2. Multitud de paseriformes, Mosquiteros, Collalbas, Currucas, Lavanderas, Bisbitas, Mitos, Petirrojos, Jilgueros y los últimos Papamoscas, cerrojillos y grises y otros más. Empiezan a verse los primeros Zorzales en migración, sueltos, dispersos y en apariencia desorientados (no cesan de oírse los tiros en los montes próximos). También los Estorninos pintos empiezan a mostrarse en sus habituales grupos invernantes.



Pero la sorpresa ha sido la de hoy, día 12, con un impresionante movimiento de Alcaravanes que, en grupos de hasta cuarenta y tantos  individuos han volado sobre Plaiaundi, haciendo las delicias de quienes allí estábamos. Alguno incluso se ha posado y ha dejado ver en detalle su misteriosa belleza.



Habrá que repasar las notas de los más veteranos, pero tenemos la impresión de que un número tan elevado de Burhinus oedicnemus nunca había sido visto por este enclave y en un solo día.




¡Qué difícil resulta resumir lo vivido y tener que dejar guardadas tantas palabras y fotos! Lo mejor es saber que aún tenemos por delante muchísimo paso migratorio y que no dejaremos de mirar al cielo, haga el tiempo que haga.

¡¡Buen viaje y suerte en el camino!!

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