miércoles, 2 de marzo de 2011

POR LA PLENA REGENERACIÓN DE PLAIAUNDI


Un corto alcance de miras llevaría a pensar que los espacios con valores naturales solo interesan a las asociaciones y grupos ecologistas y conservacionistas. Una iniciativa de carácter popular, se suma a los esfuerzos de estas agrupaciones y ha recabado 1.189 firmas para reclamar al Ayuntamiento de Irun el comprometido y prometido traslado de las instalaciones deportivas que están enclavadas en el corazón del Parque Ecológico de Plaiaundi. Parece ser que el Ayuntamiento irunés no ha hecho oídos sordos a esta reclamación y su Alcalde, Sr. Santano, junto a la Presidenta del Patronato Municipal de Deportes, B. Sierra, se ha reunido con los promotores de la campaña de la recogida de firmas mencionada, tal como lo recoge el Diario Vasco.



En esa reunión se ha hecho entrega al Sr. Alcalde, en propia mano, de un escrito donde se resumen los MOTIVOS de la recogida de firmas junto a otro texto CONSIDERACIONES . El máximo responsable municipal quiso transmitir su inequívoca voluntad de cumplir con el compromiso adquirido y demorado, demasiados años ya. Al tiempo confirmó que en breve se aprobará el Plan de Ordenación Urbana de la ciudad, en el que ya se reserva un espacio para la construcción de unas nuevas instalaciones deportivas. Fue algo más allá al aceptar una sugerencia en el sentido de no tener que esperar a la finalización de las nuevas instalaciones para poder empezar con el desmantelamiento de las de Plaiaundi afectando lo menos posible a la actividad de los clubes deportivos, naturalmente.


 
ALGO SOBRE PLAIAUNDI
El Parque Ecológico de Plaiaundi es el centro neurálgico de la Bahía de Txingudi, el estuario del Bidasoa. Punto crucial de alimentación y reposo para muchas especies de aves migratorias que siguen la ruta del paleártico occidental, entre ellas varias especialmente protegidas. Especies residentes, invernantes y estivales encuentran aquí espacio para sus ciclos vitales. Este lugar forma parte de la única ZEPA guipuzcoana y tiene una escasa superficie de menos de 30 has.




En 1994 se puso en marcha el “Plan Especial de Protección y Ordenación de los Recursos Naturales del Área de Txingudi” que a día de hoy es la norma que rige sobre este espacio. Voluntarios, asalariados y responsables de las administraciones, supieron ver el potencial de recuperación ecológica del lugar. Fue un arduo trabajo de un grupo de gente, que implicándose hasta un plano personal, quienes lograron comenzar la restauración de este singular espacio, sacándolo de la situación de vertedero, depósito de áridos, desecación, huertas y actividad cinegética descontrolada, en que se había convertido con el paso de los años. Pese a todo, la vida silvestre pugnaba por seguir presente y necesitada de los recursos que Plaiaundi podía entregar.

Afortunadamente ya nadie puede sostener la idea de lugar insalubre que hasta entonces se tenía de los humedales. Hoy sabemos que estos biotopos, mediante complejos e intrincados procesos, son imprescindibles para que el agua, y por tanto la vida, puedan mantener un estado saludable. No solo son hábitats proporcionalmente escasos y valiosos, merecedores de protección por si mismos, si no que necesitamos imperiosamente de ellos para nuestra propia existencia.


El proceso de restauración de Plaiaundi y Jaizubia ha dado como resultado un resurgimiento de las variedades de fauna y flora especialmente positivo. El no culminar los objetivos del Plan Especial, es decir sacarlo del estancamiento en que se encuentra actualmente, puede hacer que la conservación y gestión del espacio protegido entre en una espiral de decadencia que vaya minando su riqueza y valor ecológico.



Difícilmente se podrán llevar a cabo dignamente labores de educación y sensibilización ambiental, ni acoger y albergar a los especimenes de fauna y flora amenazada, si no culminamos y preservamos la integridad territorial y biológica del espacio. De poco servirán las figuras de protección de la más alta categoría: Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), Important Bird Area (IBA), Lugar de Interés Comunitario (LIC), humedal RAMSAR y espacio de la Red Natura 2000, si se quedan en papel mojado.



Un símil fácil de entender: Una pequeña, pero valiosísima joya, guardada en una caja fuerte. Lástima que la caja sea de frágil papel. Podríamos decir que este enclave está ubicado entre tres ciudades y dos países, pero la realidad es que son las ciudades las que se fundaron y crecen alrededor y sobre el estuario. Urbanizaciones, equipamientos, carreteras, aeropuerto, ferrocarril y toda la infraestructura que llevan aparejados, han reducido y pretenden seguir reduciendo este delicado paraje.

Cada vez son mayores las exigencias del desarrollismo atroz y desordenado ávido de engullir terrenos y cada vez es menor el espacio natural de nuestro entorno. Nuestro actual modo de vida parece necesitar innumerables infraestructuras de todo tipo para crecer sin límites en el “estado del bienestar”. Plaiaundi no es una excepción, más bien es uno de los más claros y tristes exponentes de cómo en aras de una mejor “calidad de vida”, podemos destruir lo que verdaderamente nos proporciona esa “calidad de vida”: Los Espacios Naturales y su Biodiversidad, con sus innegables efectos beneficiosos sobre la salud, física y mental, nuestra y de las demás criaturas con las que compartimos el Planeta y el milagro de la Vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario