lunes, 16 de abril de 2012

EN VILLAFAFILA

Estando en Zamora y aun teniendo en cuenta las inclemencias metereológicas, era obligada la visita a las lagunas de Villafáfila. El pasado 7 de abril, sábado, en compañía de M. Angel G. Matellanes, pajarero zamorano buen conocedor de la Reserva, hicimos un recorrido por los lugares más propicios.


CIGÜEÑUELA/ZANKALUZEA

Durante los últimos meses la planicie de esta estepa cerealista ha estado reseca y a pesar de estas últimas lluvias, algunas lagunas como la de Barillos, La Rosa o Paneras apenas eran un barrizal. Esto hacía que las aves se concentraran en el resto de lagunas y en los pequeños regatos y aguazales que se habían formado los últimos días.


HIMANTOPUS HIMANTOPUS


Como más destacable, pudimos observar la presencia de 6 Pagazas piconegras, Archibebe claro, Chorlitejo grande y Chico en la laguna de San Pedro y 10 Combatientes en una pequeña pradera del mismo casco urbano de Villafáfila. Además, en la Salina Grande unos 60 Tarros blancos, 300 Avocetas, 90 Correlimos comunes, 1 Garcilla bueyera con plumaje nupcial, 2 Garcetas grandes, 2 Zarapito reales, un buen grupo de Cigüeñuelas y las anátidas más comunes.


Archivo: CHORLITEJO GRANDE/CHARADRIUS HIATICULA/TXIRRITXO HANDIA


Una de las razones principales de la visita a la Reserva es la observación de “la rueda” de las Avutardas. En estos días se reúnen en grandes bandos, donde los machos tratan de seducir y apartar al mayor número de hembras posible.

Localizamos un grupo de unas 110 Avutardas. Los machos se exhibían y realizaban carreras y enfrentamientos ritualizados, en lo que supone una de las escenas más curiosas y llamativas que puede contemplar el amante de las aves. Nosotros la disfrutamos desde una torre de observación.

La mañana estaba gris y lluviosa y la distancia era grande, por eso la imagen es muy pobre. Estos nueve “barbones” formaban parte del grupo.


AVUTARDA/OTIS TARDA/BASOILO HANDIA


Posteriormente nos acercamos hasta la Casa del Parque, que es el Centro de acogida de los visitantes a la Reserva. En la misma entrada, nos recibió este Críalo con su reclamo traqueteante, que acompañaba con un movimiento rítmico de su cuerpo.



CRIALO/CLAMATUS GLANDARIUS/KUKU MOTTODUNA


Ya en el interior del Centro, haciendo un recorrido por sus diversas lagunas, pudimos contemplar Ansares comunes, el Ansar campestre “residente”, más Cigüeñuelas, Archibebe común, Andarríos chico, Golondrinas, Aviones comunes, Currucas capirotadas, Mosquiteros comunes y Musicales, Lavanderas blancas, una Boyera, varias Fochas anilladas en el propio Centro y un Fumarel cariblanco

Estábamos avisados de que en los últimos días se movían por las lagunas del Centro una Polluela pintoja y dos Correlimos de Temminck. La Pintoja no apareció, pero si pudimos divisar, aunque sólo por unos instantes, los dos Correlimos.


CORRELIMOS DE TEMMINCK/ /TEMMINCK TXIRRIA


Estos limícolas no son tan gregarios como otros de su especie y raramente se observan en grandes bandos. De tamaño similar al Correlimos menudo, tiene las patas amarillas y plumas exteriores de la cola blanca, en contraste con las patas negras y plumas grises de la cola del Menudo. Su pecho es oscuro uniforme.


CALIDRIS TEMMINCKII


Entre las rapaces, se dejaron ver Aguilillas calzadas, abundantes Milanos Reales, Negros, Aguiluchos Laguneros y Cernícalos.

Esta pareja de Milanos negros, aireaban su plumaje en espera de que el temporal amainase, no lejos del observatorio de Revellinos.

MILANO NEGRO/MILVUS MIGRANS/MIRU BELTZA


Después del mediodía, el tiempo fue mejorando. Se notaba en el trasiego de avecillas como Pardillos, Alondras, Alondras-Totovías, Trigueros, Verdecillos, Verderones, Mosquiteros comunes y Musicales, Lavanderas comunes y alguna Boyeras, Golondrinas y Aviones comunes, Collalba gris, Buitrón, Cettia ruiseñor…, la mayoría recién llegados tras su invernada en latitudes sureñas.


TRIGUERO/EMBERIZA CALANDRA/GARI-BERDANTZA


Volvimos luego hacia la Balsa de decantación de la EDAR del pueblo de Villafáfila. Allí, acabábamos de observar un ejemplar de Zampullín cuellinegro con plumaje nupcial, cuando de improviso, descendieron dos Moritos aterrizando a escasos metros. Fueron escasos segundos, los suficientes para captar a uno de ellos.


MORITO/PLEGADIS FALCINELLUS/BELTZARANA


El 90% de la población española de Morito común, se concentra en los humedales andaluces. Su núcleo reproductor más importante se encuentra en Doñana, donde tras 40 años volvió a reproducirse en 1996. Desde entonces no ha parado de incrementar su población. Los últimos censos para este año hablan de 4000 parejas.

Aunque en cantidades mucho más reducidas, también se reproduce en el Delta del Ebro y en las Salinas de Santa Pola.

Con este gran incremento de efectivos, es lógico que algunos ejemplares se hayan expandido y dejado ver por otras latitudes.


Alfredo Valiente

jueves, 12 de abril de 2012

CAPIROTADAS

Hace dos semanas comentábamos que todavía quedaban por llegar días de frío y lluvia…. No se han hecho esperar. Un temporal con bajadas fuertes de temperatura e incluso nieve, ha azotado la Península estos días de Semana Santa. Al que subscribe, le ha pillado en Zamora, concretamente en la comarca de La Carballeda, llamada así porque en ella abunda el roble carballo.

Los frutales ya mostraban los primeros brotes florales y los copos de nieve apretados sobre los mismos, los han dejado ante un futuro incierto, debido a su fragilidad.


FLOR DEL PERAL

Más resistente es la Hiedra común, arbusto trepador que se aferra con sus raíces a paredes de piedra, árboles e incluso al suelo. A pesar de sus propiedades medicinales, sus frutos son tóxicos para los humanos, pero en esta época del año constituyen un alimento básico para Mirlos, Zorzales, Estorninos y Currucas capirotadas.


HEDERA HELIX

Pero las Currucas capirotadas (Sylvia atricapilla/Txinbo kaskabeltz), no sólo se alimentan de sus bayas, sino que son unos eficientes dispersores de simientes de este arbusto.

También aprovechan su rico entramado de hojas y raíces como protección cuando arrecian lluvia y nieve. Entre su vegetación guarecen su cuerpecillo y encuentran cobijo.


Pasada la tormenta, este ejemplar de una especie muy acostumbrada a la maleza y al denso sotobosque, va saliendo poco a poco de su refugio protector…




Poco después, en compañía de la hembra, toca acicalarse y preparar el plumaje para nuevos acontecimientos, aunque durante esas tareas muestren un aspecto bastante desaliñado.

Bien diferenciados los dos sexos por su capirote, a partir de estas fechas, los machos dejarán oír su aflautado y melancólico canto.




Alfredo Valiente

lunes, 2 de abril de 2012

EL SALTO DEL NERVIÓN DESDE UNZA

El pasado 24 de marzo, con un pronóstico de tiempo veraniego, algunos miembros del grupo visitamos uno de los parajes más bellos y singulares de Álava, el Salto del Nervión, también conocido como Barranco de Delika.

El barranco de roca caliza nos deja paredes de unos 200 m. de altura y unas excepcionales vistas del valle de Orduña.

Junto a este barranco, en la ladera burgalesa, se localiza el conocido Monte Santiago, declarado Monumento Natural en 1996, ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) en 2000 y LIC (Lugar de Interés Comunitario) en 2001. Es éste un lugar bien protegido, pero al mismo tiempo muy concurrido. Así que, dado que el lugar es muy frecuentado, decidimos acercarnos al barranco desde el lado menos transitado, el que asciende desde el pequeño pueblo alavés de Unza.
Sin abandonar nuestro punto de salida, este pueblito nos ofrece el primer regalo del día, una preciosa y cercana abubilla, que alimentandose en un prado cercano a las casas del pueblo nos permite observarla con una tranquilidad poco habitual.
Tras dejar el pueblo, y avanzar menos de un kilómetro, las señales nos avisan de la presencia de mastines, muy utilizados en la zona para proteger a los rebaños de ovejas de los ataques del lobo. Durante el recorrido podemos ver algunos de ellos (mastines, por supuesto), pero tumbados al calor del sol primaveral no parecen interesados en nuestra presencia.
A medida que ascendemos nos adentramos en una zoma boscosa, que poco apoco, va dejando paso a zonas de matorral bajo. Estas zonas suelen ser especialmente interesantes para observar pajarillos, por lo que el grupo se va alargando, deteniéndose en diferentes observaciones. Mientras unos contemplan un Pardillo, otros buscan la Tarabilla que acaba de salir volando de un arbusto y otros intentan sacar alguna foto de los milanos que no dejan de sobrevolarnos. Y como no, otros aprovechan para llenar el estómago!

La pendiente se va suavizando y llegamos al alto del barranco, aquí el paisaje es abierto (las hayas del entorno no se acercan demasiado al barranco) y el sol del mediodía empieza a calentar cabezas que no encuentran sombra alguna. Pero las vistas son espectaculares. Nos asomamos al precipicio (protegido con una valla de alambre de espino) y contemplanos el vuelo de buitres y milanos que en muchas ocasiones vuelan a alturas inferiores a la nuestra. Es ésta una imagen bastante curiosa, teniendo en cuenta que la mayoría de las veces hay que levantar la vista para contemplar estas aves.
Entre las rapaces habituales encontramos al recién llegado Alimoche, siempre tan elegante y más esquivo que el omnipresente Buitre leonado. De estos últimos podemos observar algunos nidos y confirmar que algunos ya están sacando adelante a su pollo.


Continuamos la marcha hasta llegar a la par del Salto del Nervión, pero quedándonos a este lado del barranco. Acercarse hasta el mirador de la cascada alargaría demasiado nuestra ruta y además, como era de esperar en esta época del año y tras la sequía que venimos sufriendo, el salto no tiene agua. El paisaje es igualmente sobrecogedor. Sí tiene agua el río Delika; aquella que sin llegar a aflorar y saltar los 200 metros de trepidante desnivel se filtra más discretamente por las paredes del barranco.

A pesar de la escasa vegetación encontramos unos arbolitos que nos dan la sombra que estamos buscando para poder devorar nuestros bocadillos, porque la caminata nos ha abierto el apetito. Tras descansar un poco, siempre con los telescopios prestos por si la sorpresa se presenta, continuamos la ruta de vuelta al pueblo de Unza.
El regreso es algo más rápido, quizás por ser cuesta abajo, pero igual de agradable que la ida. Ahora nos acompañan las Chovas piquirrojas y el sonido continuo del Pito real. Algunos tienen la fortuna de escuchar incluso al Cuco.
De regreso en Unza, tras una caminata de casi 11 Km. y viendo que el día todavía se puede exprimir algo más, nos acercamos a la Cascada de Gujuli. En esta ocasión sí hay agua. Este cañón, sin tener el tamaño del de Delika, es también un lugar de gran belleza.
Esta es la lista de especies vistas y/u oídas en este día de pajareo:
Estuvimos en Unza Jose Luis, Begoña, Maxi, Isabel, Zuriñe, Kirsten, Iñaki, Maite, Mikel y Judith.